Estamos en un momento en el que las instituciones financieras ya no son solo edificios físicos. La banca digital llega para quedarse, y con ella, la necesidad de reinventar cada interacción con el cliente. Desde mi experiencia, puedo decir que el primer contacto que tiene un usuario con una entidad bancaria es crucial. Es en ese momento donde se gana o se pierde la confianza, y precisamente en ese punto, el proceso de onboarding digital marca la diferencia.
Mi proceso de aprendizaje con bancos a nivel global
Siempre observo como instituciones innovadoras están liderando esta transformación, y es realmente inspirador. Por ejemplo, un banco totalmente digital en Brasil logró destacar por su eficiencia y personalización. Su éxito radica en la rapidez y seguridad con la que incorporan nuevos clientes, todo a través de una aplicación intuitiva y sin necesidad de sucursales físicas.
De manera similar, una institución enfocada en inclusión financiera en América Latina obtuvo un onboarding sencillo y accesible, permitiendo que personas sin historial crediticio puedan acceder a servicios básicos. Lo que se destaca por la facilidad y rapidez en la apertura de cuentas fundamentales para el crecimiento en la región.
Incluso bancos con una larga trayectoria están iniciando su transformación digital. Un ejemplo es una institución en Argentina con más de 140 años, que implementó soluciones que simplifican el proceso de alta de productos y servicios, permitiendo a los clientes realizar trámites de forma remota y eficiente.
¿Qué une a estas instituciones pioneras? La capacidad de personalizar la experiencia y adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado. Aquí es donde quiero destacar una solución innovadora que estamos ofreciendo desde Digbang:
SaaS para onboardings bancarios a medida
En este contexto cambiante, diseñamos una plataforma SaaS que permite a cada banco configurar, de manera completamente dinámica, los pasos y pantallas de su proceso de onboarding. ¿Qué significa esto? Que cada entidad puede personalizar cada etapa en función del producto o crédito que vaya a ofrecer. Desde la recolección de datos personales, laborales y financieros, hasta los flujos de validación y la lógica de negocio, todo es adaptable sin necesidad de realizar desarrollos a medida cada vez.
Una característica que me entusiasma mucho es el sistema de administración de flujos de trabajo. Este nos permite modificar en tiempo real cada pantalla, sus campos y validaciones, ajustándose a la información que el usuario ingresa. Y, antes de publicar cualquier cambio, los bancos pueden previsualizar la experiencia para asegurarse de que sea intuitiva y efectiva. La posibilidad de probar, ajustar y perfeccionar rápidamente resulta fundamental para ofrecer una experiencia optimizada.
Pero no nos quedamos ahí. Conscientes de la competencia feroz, desarrollamos una funcionalidad que permite analizar el rendimiento del onboarding al configurado y compararlo con otros bancos del mercado.
La plataforma ofrece recomendaciones basadas en las mejores prácticas del sector, sugiriendo mejoras que pueden incrementar la conversión y aumentar la satisfacción del cliente. De esta manera, las instituciones financieras se mantienen a la vanguardia, ajustando sus procesos de manera continua para maximizar resultados.
No se trata solo de digitalizar procesos, sino de optimizarlos de forma constante.
Onboarding ágil, personalizado y medible
Desde mi experiencia, digitalizar el proceso de onboarding en el sector bancario es mucho más que una tendencia: es una estrategia imprescindible para afrontar la competencia actual. Cada vez más los bancos buscan innovar en la experiencia del usuario, esto se relaciona directamente con rapidez en la que se incorporan nuevos clientes, se mejora la percepción del servicio, y se reducen los costos operativos a la par que se acelera la generación de ingresos.
Este tipo de herramienta SaaS brindamos flexibilidad, análisis en tiempo real y benchmarking, permitiendo que cada banco diseñe procesos de incorporación a la medida de sus clientes y de sus objetivos comerciales.
Estoy convencido de que el futuro de la banca está en ofrecer experiencias digitales irreprochables desde el primer contacto: personalizadas, comparables y adaptativas. Y ese futuro, para mí, ya está en marcha.